Artículo publicado por María Contreras para el blog 'Sexo y Salud' del periódico ABC.
Hoy en día vivimos en una sociedad en la que vamos corriendo a todos lados, ritmos altos de trabajo, exigencia elevada con nosotros mismos y los demás…atascos, metros, transbordos, autobuses llenos de gente, pitidos, reuniones, jefes malhumorados y autoritarios, entregas de trabajo a corto plazo…llegas a casa y la cabeza te va a explotar.
Las preocupaciones, los miedos, el estrés, las inseguridades, las expectativas exigentes o incluso vivir demasiado en el pasado o en el futuro tiene sus consecuencias en tu calidad de vida, afectando a diferentes áreas tu vida: profesional, social, familiar, de pareja y también a tu sexualidad, tus relaciones sexuales pueden verse perjudicadas por el estrés.
La vivencia de la relación sexual con tu pareja varía mucho y depende en gran parte en si tu mente está focalizada en las sensaciones del momento o distraída en tus tareas, preocupaciones, en lo que te ha pasado ese día o en la reunión del día siguiente. Cuando los pensamientos van y vienen, surgen como meteoritos que te amenazan y no te puedes apartar, provoca que no puedas conectar con tus sensaciones y la respuesta sexual se altera.
¿Se puede tener sexo estando preocupados, alterados, distraídos, cansados o estresados? ¿El estrés y las preocupaciones cotidianas afectan a tu vida sexual? ¿Qué puedes hacer si últimamente el sexo con tu pareja es un fracaso? ¡Céntrate en el aquí y en ahora! Y te preguntarás ¿Cómo? Aquí te dejamos algunas ideas para que puedas disfrutar de un sexo placentero, libre de emociones negativas y preocupaciones, y así poder conectar y pasarlo bien juntos.
1. Antes de iniciar una relación sexual con tu pareja incorpora un minuto de atención plena en tu propia respiración.
El objetivo consiste en enfocar toda la atención en tu respiración durante un minuto. Deja abiertos los ojos, respira con el vientre en lugar de con el pecho y trata de respirar por la nariz y que salga por la boca. Céntrate en el sonido y el ritmo de la respiración y cuenta hasta 10, si pierdes la concentración, vuelve a empezar. “Uno… dos… tres… tengo que enviar el documento a Paloma. Oh, no, estoy pensando.” “Uno… dos… tres… cuatro… tengo que llamar a Joaquin ¡Ay no, es un pensamiento! Empezar de nuevo.” “Uno… dos… tres… ahora ya lo tengo.”
2. Aplicar una limitación sensorial con tu pareja.
En este paso, se llegará a un acuerdo en el que uno de los dos “bloqueara” uno de sus sentidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Por ejemplo, taparse los ojos, ponerse tapones en los oídos, un pañuelo en la nariz o también ponerse unos guantes. Cuanto tenemos un sentido inhabilitado, potenciamos el resto. Por ejemplo, el que tiene los ojos vendados potenciara sobre todo el tacto, puede sentir cierta curiosidad y misterio al no saber lo que pasa, no tiene que hacer nada, sólo disfrutar y tener confianza en la otra persona para dejarse llevar.
3. Estimular los cinco sentido de la sexualidad:
- La vista: Una situación que conquiste la mirada es muy importante. Los ojos tienen su propio lenguaje y con mirar puedes provocar el deseo y la excitación de tu pareja…así que… ¡miraros!
- El gusto: Los labios son una de las zonas más erógenas del cuerpo, muchos alimentos pueden provocar el deseo, por ejemplo, el chocolate. Además, la estimulación a través de los besos es muy importante para la mayoría de las personas.
- El tacto: La piel es el órgano más extenso que tenemos, es erógena y está abierta a exploración. Las caricias o masajes pueden ser muy estimulantes para la otra persona. Podéis utilizar cremas y aceites y si se trata de la zona íntima el uso de lubricantes puede intensificar las sensaciones.
-El oído: Susurrar al oído en el momento indicado palabras, frases, piropos que sabes que a tu pareja le gustan y le hace sentirse querido puede ser de gran ayuda para establecer una mayor conexión.
- El olfato: Es importante despertar este sentido, la utilización de fragancias, perfumes o geles con olores afrutados ayudan a estimular este sentido para hacerte sentir una experiencia agradable.
Si reflexionamos sobre lo que nos supondría la pérdida de nuestros sentidos, quizás valoraríamos el gran regalo que nos ofrecen y nuestra capacidad ilimitada de emplearlos en la unión y conexión con nuestra pareja para vivir un sexo libre, seguro y placentero.
María Contreras. Psicologa